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La Polarización Artificial del Pueblo Argentino

Existe una polarización artificial con respecto al enfrentamiento interno ocurrido hace 30 años en Argentina, en el que participaron la dictadura procesista y las guerrillas terroristas, tendiendo siempre a presentar a una parte como la “buena” y a otra como la “mala”, cuando la realidad es que se trato de una lucha entre fuerzas con iguales intenciones de llevar a cabo proyectos políticos totalmente ajenos a los intereses del pueblo argentino, al que buscaron oprimir, dividir y explotar, siendo por lo tanto ambas igualmente condenables e indefendibles.

Esta polarización injustificable e incoherente, basada mas en la histeria de lo políticamente correcto que en la razón, sin embargo existe, producto de intereses sectoriales concretos, que permiten por ejemplo que señoras como Hebe de Bonafini puedan crear alrededor de los guerrilleros muertos hace 30 años un aura de bondad, nobleza y patriotismo que jamás tuvieron, haciéndolos aparecer como la contraparte moralmente opuesta de la dictadura, como libertadores desinteresados del pueblo argentino... omitiendo aclarar que el objetivo de las organizaciones a los que estos terroristas pertenecían no era otro que liberar a la Argentina del yugo opresor de la dictadura liberal, para inmediatamente volver a oprimirla bajo el yugo de otra dictadura, esta vez marxista, al servicio de las potencias comunistas de la época.

No debe entonces confundirse a esta señora y a su entorno con personas de buena fe que defienden héroes caídos ni causas nobles. No es, como suelen cacarear sus allegados y cómplices, el hecho de que personas hayan sido torturadas y muertas lo que les interesa, sino el hecho de que estas personas hayan sido de su misma postura ideológica. Y esto se hace más evidente al notar el silencio, y hasta la justificación que ellos mismos promulgan de la violencia, las torturas y los asesinatos ejecutados por sus propios “compañeros” en la misma época a opositores políticos o simples personas que se negaban a colaborar con ellos.

Esta hipocresía con la que la mayoría de los que se autotitulan “luchadores sociales” ignoran los intereses de la sociedad en beneficio propio, no termina en el plano ideológico. La corrupción y el favoritismo que estos grupos denuncian incansablemente en los partidos políticos principales no están para nada ausentes entre sus propias filas.

Sin ir mas lejos, la ya nombrada Hebe de Bonafini, a través de la “Asociación Rebeldía y Esperanza”, ligada a su organización principal “Madres de Plaza de Mayo”, emitió desde el año 2001 al 2006 unos 60 cheques sin fondos por $357.774,11. El abogado de esta organización, Sergio Schoklender, libro también 28 cheques sin fondos por $94.099,64. Ambos siguen manteniendo sus cuentas bancarias normalmente, sin ningún tipo de problema. Esta extraña situación se debe solamente a que son cuentas del Banco Credicoop, cuyo propietario es el banquero izquierdista Carlos Heller, aliado político de Bonafini, quien le permite disponer del dinero del banco como si fuera suyo, cuando ante situaciones similares el argentino “común” ya se hubiera enfrentado a la demanda del banco y a la posible perdida de sus bienes para pagar la deuda.

Ante la evidente destrucción nacional y el feroz saqueo que se produce desde los sectores tradicionales de la política, mucha gente de buena fe se deja engañar por el falso discurso moralista, antisistema y pseudo-rebelde de los supuestos “luchadores sociales”, que se presentan a si mismos como una opción por fuera del sistema.

Mientras Argentina se enfrenta consigo misma, repartida entre partidos cuyo único objetivo es la cacería de puestos públicos, y dividida entre izquierda y derecha, sus líderes desde ambos lados siguen hundiéndonos en la ruina material y espiritual, respondiendo siempre a intereses de sectores minoritarios, ajenos al interés común de la Nación. Ya sea con la mano izquierda o con la derecha, el objetivo de todos ellos es el mismo: usarla para exprimir al pueblo. Y aun si no fuera así, la solución parcial de los problemas nacionales que presentan tanto las izquierdas como las derechas, apuntando solo a una clase determinada o a un sector en particular, es injusta para las clases o sectores que son dejados de lado. El interés nacional es uno solo, y debe incluir y favorecer dentro de lo posible a todas las clases y sectores que componen la Nación. Ningún argentino es menos argentino que otro, en la medida en que cumpla sus deberes para con el resto de la comunidad, y cualquier lucha de clases o intento de opresión de una clase sobre otra implica una traición al pueblo argentino entero.

Es hora de que ese pueblo despierte y se de cuenta de que el único interés valido es el interés común, que ningún otro interés, ni privado, ni partidario, ni sectorial, esta por encima de este, y que quien ve al Estado como una herramienta para satisfacer deseos personales, clasistas, sectoriales o de sus allegados o “socios”, no es un político sino un traidor.

Artículo publicado en www.boletinmjl.com.ar