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El Desprecio de la Soberanía Argentina por parte de un Estado Traidor

La traición generalizada al Pueblo Argentino en todos los campos que parece ser la política oficial de cada gobierno del actual régimen mas allá de su postura partidaria e ideológica, no se limita a hambrear y abandonar a los argentinos, a someterlos a la criminalidad privándolos de cualquier medio de defensa y apoyando a los criminales, no se limita a saquear a los trabajadores, a los futuros jubilados o al campo o a instalar la corrupción y la impunidad como único eje de la política, a subvertir los buenos valores fomentando la vagancia, el odio, la división y el facilismo en las nuevas generaciones, o a continuar con modelos sociales y económicos antinacionales que provocan exclusión y resentimiento, sino que van mas allá e incluso ponen en juego la soberanía del pueblo argentino sobre su propio suelo y sus recursos naturales

La inoperancia, cómplice y voluntaria, de los llamados gobiernos “argentinos”, sumada a las constantes y eficientes iniciativas diplomáticas británicas, son antecedentes preocupantes teniendo en cuenta que actualmente peligra nuestra soberanía sobre gran parte del Mar Argentino, la Isla de los Estados en Tierra del Fuego, toda la Antártida Argentina, y que además podría alejarse la posibilidad de recuperar las ya ocupadas Islas Malvinas y las demás islas del Atlántico Sur por las que murieron 649 héroes argentinos.

Otro logro de quienes falsamente dicen representarnos es su política de entrega de nuestros recursos naturales, que son prácticamente regalados a empresas extranjeras que expolian los recursos naturales no renovables de nuestra nación, en todas las provincias donde los hay, de norte a sur, privándonos de elementos que serán necesarios en el futuro para alimentarnos y para resurgir económicamente y generar trabajo y producción cuando nos deshagamos de los traidores en cuestión. Lo que es mas grave aun, es que muchas de estas empresas son las que actúan en Malvinas extrayendo nuestros recursos o realizando investigaciones para hacerlo en el futuro auspiciadas por la ocupación británica.

En el plano del control de las fronteras la situación es igualmente alarmante gracias a la inacción del estado. El control fronterizo es inexistente en cientos de kilómetros de fronteras, que son totalmente permeables para cualquiera que quiera ingresar a nuestro territorio. Y donde existe control estatal los negociados ilegales y anti-argentinos, la corrupción y la complicidad con el narcotráfico y todo tipo de criminales es la regla, como sucede en la frontera con Tarija en Bolivia y en la Tripe Frontera. El “trafico hormiga” es una práctica habitual en esas fronteras y todos los años ingresan miles de inmigrantes ilegales que pasan a engrosar las filas de mantenidos por el estado, de criminales violentos, y de punteros políticos. El espacio aéreo esta totalmente liberado para las aeronaves de nárcos, traficantes y criminales en general, y ni hablar de las fuerzas aéreas de otros países, ya que la superficie alcanzada con nuestros radares es ínfima y los gobiernos jamás cumplieron con sus promesas de radarización.

Esto, sumado a la destrucción deliberada y sistemática de las Fuerzas Armadas Argentinas en los últimos años nos muestra que se viene socavando y destruyendo sistemáticamente nuestra soberanía en todos los ámbitos posibles con colaboración y participación activa de los mas diversos gobiernos del régimen, incluyendo el actual.

5 millones de km2 en peligro

En cuanto a nuestra soberanía sobre la provincia de Tierra del Fuego (que incluye a las Malvinas, la Antártida y las demás Islas del Atlántico Sur), existen actualmente dos factores que ponen en peligro nuestra soberanía sobre una enorme extensión de nuestro suelo que llega aproximadamente a los 5 millones de km2:

- Por un lado, la inclusión no solo de las Malvinas, sino también de la Antártida Argentina en el “Tratado de Lisboa”, el proyecto de constitución de la Unión Europea, que de aprobarse reforzaría enormemente la posición británica ya que pasaría a estar apoyada prácticamente por toda la Unión Europea en su ocupación de nuestro territorio.

- Por otro lado, Gran Bretaña por su cuenta intenta expandir aun mas esta ocupación, abarcando incluso una parte patagónica de Tierra del Fuego, a través de la Convención de Derechos del Mar de la ONU (CONVEMAR), ante la cual presento un reclamo para ampliar a 350 millas su presencia alrededor de las Malvinas, pretendiendo engullirse gran parte del Mar Argentino y la Isla de Los Estados en Tierra del Fuego.

Podría agregarse además un tercer factor, interno y mucho más peligroso: la histórica pasividad de los gobiernos “argentinos” sobre el tema desde la guerra, incluyendo al actual, y sus nulos esfuerzos por tomar siquiera mínimas y simbólicas medidas, lo que puede interpretarse como complicidad con los ocupantes y como una clara traición al pueblo al que, según repiten insistentemente en sus discursos públicos, dicen representar.

Al finalizar la Guerra de Malvinas en 1982, el excelente desempeño de nuestras Fuerzas Armadas que hicieron tambalear gravemente a la Task Force británica llevó a que se pudiera evitar la desgracia de la rendición incondicional buscada por el invasor.

Pero los logros obtenidos, a pesar de la derrota, por el esfuerzo de nuestros héroes en el campo de batalla, fueron desaprovechados y anulados por los cazadores de puestos políticos que dicen representarnos, mediante una serie de tratados vergonzosos que, podría decirse, constituyen el “Tratado de Versalles” argentino.

En 1990 el “Acuerdo de Madrid” firmado por el gobierno del traidor de turno Carlos Menem, estableció que Gran Bretaña dejaría sin efecto la “zona de exclusión” creada durante la guerra. Esto, que fue presentado como un “logro diplomático”, se debió a que esa zona ya no era necesaria para el ocupante, ya que en ese mismo tratado se estableció que Argentina sometería las actividades de sus Fuerzas Armadas dentro de una enorme parte del territorio nacional al control británico.

Además, Argentina a partir de este tratado comparte sus recursos pesqueros y petroleros en una enorme extensión de nuestro mar. De esta forma el ocupante británico logro ampliar su influencia en nuestro océano y a la vez obtuvo ganancias de una colonia que anteriormente generaba pérdidas al imperio, otorgando licencias pesqueras y realizando proyectos para extraer petróleo.

El Tratado de Londres firmado en el mismo año, refuerza la promoción y protección de las inversiones inglesas en nuestro territorio ya presente en el Tratado de Madrid. Esta “promoción y protección” se da, por ejemplo, con las mineras que saquean de forma grotesca nuestros recursos naturales estratégicos en nuestras provincias.

Estos dos tratados dieron origen luego a una serie de leyes y tratados menores que significaron el expolio y el saqueo generalizado de nuestra nación a manos de sus enemigos con la colaboración de nuestros “representantes democráticos”.

A partir de entonces, las lacónicas y desganadas acciones del gobierno para hacer valer nuestra soberanía se limitan a leer algún breve comunicado de “protesta” o a pronunciar un par de palabras en contra del “imperialismo” que luego no tienen ningún eco en la realidad, ya que no son apoyadas por ninguna medida diplomática concreta y son realizados únicamente para no hacer tan obvia ante el público su manifiesta y colaboracionista renuncia a la Soberanía Argentina.

Gran Bretaña, en cambio, viene realizando avances firmes y decididos para intentar “legitimar” su ilegitima ocupación de nuestras Islas Malvinas, y para prolongarla indefinidamente.

Ellos intentan hacer ver a las Malvinas como una especie de “estado independiente bajo protección británica” a cuyos habitantes otorga el gobierno de nuestras islas dándoles cierto grado de autonomía, pretendiendo presentarlos como si fueran un pueblo distinto al británico, con una autodeterminación independiente a la de Gran Bretaña - y a la de Argentina. Este falso y artificial “estado independiente”, dificultaría los reclamos argentinos ya que ante los ojos del mundo pasaríamos de reclamar una simple colonia británica erigida sobre nuestro territorio, a exigir la anexión de un “estado independiente” distinto a Gran Bretaña y a violar la “autodeterminación” de un pueblo independiente.

Gran Bretaña avanza en nuestro mar

Además, el invasor pretende ampliar el territorio que ya ocupa hasta abarcar incluso parte de la Tierra del Fuego patagónica, usurpando aún más nuestra soberanía. Esto lo llevaría a cabo a través de la Convención de Derechos del Mar de la ONU (CONVEMAR).

El articulo 76 de esta convención, en su párrafo 9, otorga a los “estados ribereños” el derecho de depositar “en poder del Secretario General de las Naciones Unidas, cartas e información pertinente, incluidos datos geodésicos, que describan de modo permanente el límite exterior de su plataforma continental”. Un “estado ribereño” es aquel que tiene costa sobre un océano.

Gran Bretaña pretende, aprovechando este derecho, ampliar a 350 millas su “soberanía” engulléndose gran parte del Mar Argentino y la Isla de Los Estados en Tierra del Fuego. Lo haría presentando esta ampliación a 350 millas alrededor de Malvinas, arrogándose el status de “Estado Ribereño” sobre el mar argentino, basando esa posición en que las Malvinas serian “territorios de ultramar británicos”, cuando en realidad son parte del territorio nacional argentino, al igual que el mar que las rodea.

El artículo 77 de este tratado dice en su primer párrafo que “el estado ribereño ejerce derechos de soberanía sobre la plataforma continental a los efectos de su exploración y de la explotación de sus recursos naturales”. O sea que el saqueo de nuestros recursos en Malvinas se legitimaría legalmente, al igual que el status ficticio de “estado ribereño” de Gran Bretaña sobre nuestro mar.

Las Islas Malvinas no son un “estado ribereño”, por el simple hecho de que ni siquiera son un estado por si mismas y tampoco pertenecen al estado británico, ya que son un territorio usurpado por Gran Bretaña que se encuentra en disputa. Por lo tanto no tienen derecho a presentar reclamos de soberanía sobre nuestro mar según el artículo 76 antes mencionado, ya que el único estado que puede arrogarse el status de “estado ribereño” sobre el mar argentino es Argentina. Pero para que la Comisión tome en cuenta esto, Argentina debería presentar una protesta advirtiéndolo.

Además, el estado argentino debe contestar presentando sus propios datos sobre la plataforma continental para la extensión de nuestra soberanía marítima de 200 a 350 millas náuticas, ya que nosotros si somos “Estado Ribereño” sobre nuestro mar y por lo tanto podemos y debemos hacerlo. Hay tiempo hasta el 13 de mayo del 2009, cuando deben presentarse los datos a la ONU, y esperamos que en esto el estado argentino si cumpla con su deber.

Veremos que pasa. Si estos datos no se presentaran no habría segunda oportunidad, ya que las resoluciones de la comisión son inapelables. Si los datos se presentaran tarde nuestra posición se vería debilitada. Si el estado argentino no protesta, esto se interpretaría jurídicamente como un reconocimiento de la usurpación británica y su aceptación.

Malvinas y Antártida Argentina en el Tratado de Lisboa

Como si todo esto fuera poco, se incluyeron en el nuevo proyecto de constitución de la Unión Europea a las Islas Malvinas y a la Antártida Argentina como partes integrantes de la misma, lo que aleja aun más nuestra posibilidad de recuperar nuestras islas y refuerza enormemente la posición británica, que ya no estaría sola en su ocupación ilegitima sino que estaría apoyada además por toda la plutocracia que somete a Europa. Además, este tratado carcomería aun mas nuestra soberanía poniendo en juego nuestro sector antártico, que figura allí como británico.

Según lo planeado por la UE, este proyecto de constitución (el Tratado de Lisboa) al 2008 ya debería estar en plena vigencia, pero esto se frustro temporalmente el 12 de junio del 2008. Lo que evito la entrada en vigencia de esa nueva constitución que afecta directamente nuestra soberanía no fue el esfuerzo del gobierno argentino, que optó por asumir una posición autista y nula al respecto, sino el voto negativo de Irlanda, que fue el único país de un total de 27 que rechazó de plano el tratado.

A todo el avance británico para despojarnos de la soberanía sobre nuestro propio territorio, ¿qué opone el gobierno? Solo algún que otro fofo y desabrido comentario oficial, incluidos lamentos lacrimógenos en el marco de una política internacional nada viril, que jamás van acompañados de medidas concretas.

La destrucción de las Fuerzas Armadas

El ejemplo dado por las Fuerzas Armadas que recuperaron nuestras islas y luego resistieron ferozmente su reocupación por parte de Gran Bretaña sentó un precedente peligroso para las fuerzas internacionales que buscan someter al mundo entero.

Esto trajo como consecuencia que su destrucción fuera una prioridad para ellos y para sus representantes cipayos dentro de nuestro estado, que trabajaron arduamente y lo siguen haciendo hoy en día para lograrlo.

La excusa para esto es el accionar de la dictadura conservadora, implantada y sostenida casualmente por estados como Gran Bretaña. Así, con la excusa de los “derechos humanos” y demás doctrinas de dominación y destrucción de las soberanías nacionales, se procedió a desensamblar a las fuerzas compuestas por quienes son a la vez la garantía y la ultima barrera defensiva de nuestra soberanía. Todo esto ante la mirada pasiva del pueblo argentino, acobardado ante la posibilidad de ser tildado de “genocida” y "antidemocratico" y acusado de defender a la anterior dictadura, por defender en realidad la integridad de nuestras Fuerzas Armadas.

Raúl Alfonsin ya en su época había colaborado en el debilitamiento de nuestra Nación destruyendo el proyecto misilístico Condor I y vendiendolo al exterior. Pero el desmantelamiento en masa comenzó en los 90 con el traidor Menem, cancelando esta vez el proyecto misilístico nacional (“Cóndor II”) por orden de los Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel, privatizando o cerrando fabricas militares, o haciéndolas reventar para tapar negocios sucios como en Río Tercero, entre otras obras que constituyeron su “política de defensa”, y esta siendo concluido por sus herederos políticos, los Kirchner, quienes con una pasión patológica se han dedicado a esta tarea, desprestigiando e insultando abiertamente a las instituciones militares, vendiendo en cantidades enormes los bienes de las tres Fuerzas Armadas, reduciendo la cantidad de hombres en armas, o como en el caso de la ministro Garre, directamente dedicándose a traficar el armamento del ejercito para beneficio personal.

El proyecto de sometimiento realizado a través del gobierno esta completo cuando, al mismo tiempo que se destruye las Fuerzas Armadas, se las remplaza con grupos paramilitares de choque como los que actuaron durante el conflicto del campo y expulsaron al pueblo de la plaza de mayo. Remplazan un ejercito cuyo objetivo es defender la soberanía nacional y la seguridad de los argentinos por grupos de chorros, criminales y demás infrahumanos cuyo fin es respaldar con la violencia los fines anti-argentinos del gobierno y reprimir a sangre y fuego a quien se atreva a oponerse a ellos.

Como corolario de esto, evitan que la gente honesta porte armas, prohibiendo cierto tipo de armamento para uso civil y haciendo inmensamente onerosa para el argentino promedio la tenencia y portación del armamento legal, y utilizando los medios para difundir la idea de que armarse es nocivo y “fomenta la inseguridad” para intentar crear un clima en la opinión publica que permita prohibirlo por completo, mientras por ejemplo, los criminales, que obtienen sus armas en el mercado ilegal, no se ven afectados por estas medidas en lo mas mínimo.

De esta forma logran explotarnos y someternos a su voluntad, entregándonos al expolio internacionalista y evitando que tengamos Fuerzas Armadas capaces de defendernos, y al mismo tiempo anulan la posibilidad de que patricios argentinos decidan armarse por si mismos para defenderse.

El saqueo de nuestros recursos naturales

La renuncia a la soberanía por parte del régimen actual no solo se limita al campo de los reclamos territoriales sino también al de los recursos naturales presentes en la parte no ocupada de nuestro territorio.

Tenemos en nuestro poder recursos naturales extremadamente valiosos de todo tipo, desde diversas riquezas pesqueras a petróleo, gas, plata, oro, cobre, uranio, zinc, estaño, cobalto, níquel, potasio, renio, molibdeno, estroncio, tungsteno y cantidades importantes de agua potable, entre otros.

La mayor parte de estos recursos son estratégicos y no renovables. Pero a pesar de esto quienes nos gobiernan parecen considerarlos superfluos y los regalan al por mayor, demostrando una vez mas que el bien común no existe para ellos ni entre sus ultimas prioridades, privándonos del material necesario para reconstruir nuestra nación y surgir como potencia cuando nos hayamos deshecho de la clase criminal que nos somete hasta el día de hoy.

Un ejemplo son los recursos alimenticios presentes en nuestro mar. Debido a los insuficientes recursos puestos a disposición de las fuerzas de seguridad que deben hacer respetar nuestra soberanía dentro de las 200 millas de Mar Argentino que comprenden nuestra zona económica exclusiva, la depredación masiva de nuestras riquezas pesqueras por parte de buques extranjeros, principalmente asiáticos, es habitual. Y esto sumado a las licencias otorgadas ilegítimamente por el gobierno de ocupación británico en las Malvinas a otros barcos.

Además, desde adentro y con la corrupción de por medio, se fomenta la destrucción de estos recursos mediante su entrega a empresas internacionales operando en nuestro propio territorio que practican una pesca de exterminio, sobreexplotándolos y no dejando que se regeneren, ya que su único objeto es producir ganancias (que en su mayor parte salen de nuestro país) sin preocuparse por el futuro de estos recursos vitales para todos los argentinos

La extrema liberalización de la explotación de nuestros recursos estratégicos es aun peor en el terreno de la minería. Empresas internacionales vinculadas en su mayor parte al estado británico, algunas de las cuales operan también en Malvinas sin que esto interese en lo más mínimo a las autoridades locales, nos despojan de nuestros recursos mineros utilizando además métodos agresivos con el medio ambiente que contaminan los sitios depredados. No solo se llevan casi la totalidad de lo extraído al exterior, sino que prácticamente no dejan divisas en Argentina.

Estas empresas no solo roban, sino que contaminan, y no solo contaminan, sino que el estado les otorga beneficios para hacer todo esto.

El Acuerdo Federal Minero menemista que sigue vigente establece en su cláusula novena que “Las Provincias propiciarán la eliminación de aquellos gravámenes y tasas municipales que afecten directamente a la actividad minera.”, entre otros beneficios.

Sumado a esto, la Ley de Inversiones Mineras otorga a estas empresas expoliadoras, textualmente, “estabilidad fiscal por el término treinta (30) años”, lo que significa que a ellas no se les puede aumentar los impuestos ni las tasas durante 30 años. En el caso de las tasas aduaneras, ni siquiera tienen la obligación de pagarlas, por lo que pueden importar lo que quieran gratuitamente.

Además, según el artículo 22 de esta misma ley, las provincias en las que estas empresas actúan no pueden exigirles regalías por un porcentaje mayor al 3% del mineral extraído.

Estos son solo algunos de los muchos beneficios que el régimen viene otorgando hace años a las empresas internacionales que saquean nuestro territorio, pero aun mas grave es que muchas veces además se las subsidie. La instalación de las líneas eléctricas utilizadas por estas empresas en San Juan es pagada por los contribuyentes argentinos, mientras que ellas están exentas.

O sea que mientras se llevan nuestros recursos con costos ínfimos y prácticamente sin ganancia alguna para Argentina, usted con sus impuestos (que no tienen estabilidad por 30 años) mantiene a estas empresas y a los traidores que fomentan este saqueo y lo presentan como legítimo excusándose en que “nos representan”. Mientras estas asociaciones de saqueo sistemático que nos quitan cientos de millones de dólares son beneficiadas por el estado, los hipócritas traidores que nos gobiernan intentan exprimir a los trabajadores del campo con retenciones y, cuando fallan, buscan un blanco más fácil saqueando los ahorros de los futuros jubilados.

Gracias a la política de recursos naturales implementada por este régimen anti-argentino, donde ahora hay recursos naturales estratégicos que podrían crear trabajo y servir para desarrollar industrias nacionales, quedaran solo regiones contaminadas e infértiles, páramos inútiles cuya única función será servir de cementerio para enterrar a los argentinos que mueran de hambre.

La traición esta a la vista de todos

Por un lado, nuestros “representantes” destruyen nuestras Fuerzas Armadas, nos debilitan militarmente y evitan toda actividad diplomática útil, impidiéndonos la protección de la soberanía. Por otro, toleran y hasta promueven el saqueo económico de nuestro país por empresas internacionales que extraen y sacan del territorio nacional nuestros recursos naturales estratégicos.

El gobierno no solo no realiza acciones significativas a nivel diplomático para recuperar las Malvinas, acciones para vigilar las fronteras y el espacio aéreo y controlar la inmigración y a los narcotraficantes, y no solo no toma medidas para reconstruir las Fuerzas Armadas que ayudo a destruir con la excusa de los “derechos humanos”, sino que tampoco aplica medidas educativas de concientización nacional que instalen a la Soberanía como un Valor del Pueblo para que todo esto pueda ser realizado por las generaciones futuras

Y no lo hace porque al parecer se encuentra demasiado ocupado instalando otros “nobles valores” como la división, el resentimiento, la violencia, la santificación del delincuente, el clientelismo como forma de vida, la lucha de clases, el “odio a los blancos” de D´Elía y demás abominaciones desintegradoras mas propias de un enemigo que de verdaderos representantes del Pueblo Argentino.

Queda por lo tanto una única esperanza, que es la unión de todos aquellos argentinos de bien para terminar con la decadencia reinante y con quienes la promueven, haciendo realidad mediante la lucha y el esfuerzo y la intransigencia, esa Argentina Justa, Libre y Soberana que indefectiblemente surgirá si es que no quiere perecer.

Artículo publicado en www.boletinmjl.com.ar